jueves

la muerte no se murió, que se muera...

El diseño de mi calle, de mi casa, de mi cara, estuvieron pensados
para cumplir una función. Bah, no, 
el de mi cara no, pero en un par de años quién te dice.
¿O no viste la peli esa? Esa del F.B.I., que habían robots chinos. 

La organización de mi trabajo -gerente, supervisor, junior-,  
de mi familia -padre, hijo, perro, luego la madre-, 
de mi equipo de fútbol -cuatro, cuatro, dos-, 
Todo fue creado por personas ya muertas.

La distribución de la pobreza, del poder y del placer. 
Todo está basado en la teoría de unos cuantos cadáveres.

SOMOS ESCLAVØS DE LAS IDEAS DE GENTE MUERTA
(y que escalofrío le sube a uno por la espalda)

miércoles

por no co

El acné, el acné me está matando. Tengo 21, los granos se fueron, pero el acné sigue ahí. Y no son sólo manchones rojos con minas albiamarillentas a punto de reventar, el acné es mucho más. Es todo un proceso, es un estilo de vida: de exposición y ocultamiento, publicidad y privacidad, de inseguridad y de seguridad, y de dolor y placer (no creo que sea necesario explicar en qué momento se da cada actitud, un acnoso lo sabe muy bien).
Y los granos se van con el tiempo, pero toda la batería de sensaciones que genera perduran, se naturalizan, y eso es justamente lo que me está haciendo mierda. Yo creo que los granos se ramifican para adentro, y le inflaman y le estallan en el alma a uno y no hay cremita que te salve o camufle.