miércoles

J. Newbery

Le doy la razón 
a los que atentan contra los grandes aeropuertos.
Es un acto de piedad.
Todo acá pide a gritos que lo hagan explotar,
“Por favor dame calor y emoción”
como si todos los turistas sacáramos a la vez
una gran foto con flash.
Rompeme este silencio que hace 
que hasta los relojes se vean simpáticos.

Decía, como si gritáramos al unísono 
la soledad de un sillón vacío.
(pero al que en realidad se lo llama sofá).

lunes

Hoy parece que nadie puede dormir.
Se confunden más que nunca los dolores de cuello
con la falta de esperanza.

Se olvidó que la lluvia de primavera es la peor.
Y caminó por la noche más fría.
Buscó la congelación de la mente.
Sólo así se gana la paz en estos días.

domingo

decir. pero no decir por decir.
sino lo que se quiere realmente.
y transformar
de una vez y para siempre
las puertas en puertos.

sábado

Me gustaría verla llegar a ninguna parte.
Ahora tengo que quemar todo lo nuevo y lo no tanto.
Flaco, todo tiene su amor flaco.

jueves


La lluvia cae y yo colgado del hospital
listo para almorzar y prender incienso, si me dejan.
En un par de horas leyendo y preparándome para salir, si me dejan.
Estar solo es bueno, pero en un hospital debe ser duro. 
Ya pasó tiempo y hasta le cambiaron el nombre a las montañas.
La discusión del mar en la noche terminó.
También perdí las tranquilas aguas 
del colectivo con la pelea disimulada en la música. 
Ahora, una vez más, te toca moverte por la mañana 
aunque con más voces y en más pasillos.
Y estarás listo para tu último viaje.




Enfermo cuerpo arrastrado, succioná tu alrededor.
Usted tendrá que abrir mañana, salir y reunirse con ellos
y hablar de su familia con su familia.
Comer también, si puede, ahora que no parece tan enfermo
ni se ve rasgado por un dolor de garganta.


Este es el protocolo en los casos en que se sale.

Ponete contento. Me pongo contento.



En la camilla, con esta cara de tiempo atrás,


tan traída y tan llevada,
este adolescente pega la vuelta.


miércoles

Veo que todos lo lograron. Fueron dioses y medias de colores.
Fueron café y fueron diamantes.
Ayer era un niño que abrieron en dos,
un poco triste por ser blanco.
Inciencio, matías. Respirá.
Ahora veo un tercer hermano
que no sé si soy yo por el parecido.
De repente es un círculo. De repente uno de los tres tendría
que meter los dedos en el enchufe otra vez.
Ahora la tensión eléctrica baja cada tanto.
Cerebro, pagale a Edesur.


Mantenerse en este capítulo:
Ir a la biblioteca cada fin de semana. 
Desayunar huevos, alambres y manzanas.
Aunque en el cajón superior queden fideos, carne y chocolate.
No merendar ni ser presa fácil para su madre.
Ser el enfermo terminal que compra ropa.