La
lluvia cae y yo colgado del hospital
listo
para almorzar y prender incienso, si me dejan.
En
un par de horas leyendo y
preparándome para salir, si me dejan.
Estar
solo es bueno, pero en un
hospital debe ser duro.
Ya
pasó tiempo y hasta le cambiaron el nombre a las montañas.
La
discusión del mar en la noche terminó.
También perdí las tranquilas aguas
del colectivo con la pelea disimulada en la música.
Ahora,
una vez más, te toca moverte por la mañana
aunque con más voces y en más pasillos.
Y estarás listo para tu último viaje.
Enfermo cuerpo arrastrado, succioná tu alrededor.
Usted
tendrá que abrir mañana, salir y reunirse con ellos
y
hablar de su familia con su familia.
Comer también, si puede, ahora que no parece tan enfermo
ni se ve rasgado por un dolor de garganta.
Este es el protocolo en los casos en que se sale.
Ponete contento. Me pongo contento.
En la camilla, con esta cara de tiempo atrás,
tan traída y tan llevada,
este adolescente pega la vuelta.
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